Suele pasar lo mismo en todos los viajes;
uno no se para a analizar lo que ha visto y lo que ha hecho hasta que el
sosiego de la vuelta a casa permite un rato de reflexión. Esto se acentúa en un
Road Trip en el que las escenas se suceden de manera vertiginosa con tal
multitud de situaciones que hacen experimentar a sus protagonistas varios
viajes en uno solo.
Lo que sí que hay que tener en cuenta e
interiorizado antes de emprender una aventura de este tipo es que el coche será
actor principal, no cabe darle un papel secundario. Será necesario para poder
exprimir al máximo los días disponibles y la ruta planificada. Con esto quiero
decir que debería abstenerse aquel que sea de poco coche o no le guste
conducir, aunque para ser sincero, ponerse al volante por algunos de los
escenarios que nos ofrecen los estados de la Costa Oeste americana es un
deleite para los sentidos. En nuestro caso, y por decisión personal mía,
conduje yo mismo los 6.300 km que recorrimos. Y como María no puso oposición y
además podía relajarse y disfrutar al hacer de copiloto, pues todos contentos.
Otro aspecto importante es que este tipo de
aventuras se pueden compartir con más gente o embarcarse en ellas familias con
niños, hay actividades para todas las edades y todos los gustos y además en
grupo el presupuesto se ve reducido. Y se aminora porque en USA los hoteles
disponen de habitaciones y camas tan enormes que las hacen ideales para
compartir. Y lo mismo sucede con el coche, con la gasolina... Si compartimos todo
este tipo de gastos al final pegamos un buen mordisco al presupuesto.
Moverse por el oeste americano es fácil e
intuitivo; se tiene una gran sensación de libertad. La gente es amable y
siempre dispuesta a ayudar aparte de mostrar una educación exquisita y un
civismo notable, cosa que se agradece a la hora de cohabitar en sus carreteras.
No hay que dudar, y una de las partes más reconfortantes del viaje es entablar
esas conversaciones espontáneas con lugareños que luego uno recuerda siempre.
No hay que perderse detalle de los
paisajes, los escenarios o los lugares que por allí nos iremos encontrando.
Porque estaremos inmersos en nuestra propia película y todo lo que nos rodee
será real, no un atrezo puesto a conveniencia para recrear ciudades, desiertos
o parques naturales. Merece la pena disfrutar de cada momento, la recompensa es
enorme.
No quiero dejar pasar la ocasión para
lanzar mis impresiones personales sobre los principales sitios visitados; aunque
siempre he sido escéptico al respecto porque mis opiniones, al igual que las de
todo viajero, son subjetivas y parciales. Y es que aquí aplica una frase con la
que no puedo estar más de acuerdo; “Para gustos, los colores...”.
Los
Angeles.
Ciudad de enorme superficie en la que cualquier desplazamiento lleva una
eternidad y más cuando los principales puntos de interés se encuentran muy
dispersos. Tal vez la parte más interesante de la ciudad sean sus playas,
Venice Beach y Santa Monica. La zona de Hollywood carece del glamour que se le
podría presuponer. Puede estar bien visitar alguno de los estudios
cinematográficos que existen en la ciudad. Universal Studios es manejable y me
hizo disfrutar; y lo dice alguien que no es de visitar parques de atracciones.
Ruta
66.
Simplemente recorrimos un tramo que discurre a caballo entre los estados de
California y Arizona pero fue suficiente para apreciar el sabor auténtico de
esta ruta, que se ha convertido en atracción turística y destino deseado por
muchos aventureros, en especial a lomos de una motocicleta. Será porque soy fan
de lo retro y lo vintage, pero sumergirse en el ambiente especial de la añeja y
vetusta Ruta 66 parece transportarte a otra época.
Gran
Cañón.
No descubro nada si digo que es uno de esos fenómenos de la naturaleza que hay
que ver en persona para poder apreciarlo. Inmenso, sobrecogedor e impactante
son algunos de los adjetivos que le son de aplicación. Y eso que no tuvimos
especial suerte con el clima que nos acompañó a la hora de visitarlo y que
incluso nos deparó la pequeña decepción de no poder sobrevolarlo. A pesar de
todo ello, es un lugar increíble capaz de dejar sin palabras a cualquiera.
Glen
Dam Canyon y Horseshoe Bend (Page y alrededores). Reconozco que
cuando planificaba el viaje y estos nombres aparecían por primera en escena
resultaban totalmente desconocidos para mí. Una vez vistos, se trata de
enclaves interesantes y que bien merecen una parada, especialmente el segundo
de ellos. El meandro del río Colorado es claro ejemplo de lo que la naturaleza
y el paso del tiempo consiguen modelar. Impactante.
Antelope
Canyon.
Un gran desconocido para el que no se haya metido de lleno en la vorágine de
preparación del viaje, pero que se antoja como imprescindible en nuestro paso
por el estado de Arizona. Si se pudiera visitar con más calma y sin tanta
aglomeración la calificación del lugar, se elevaría a insuperable. A pesar de
todo no se puede negar que se trata de un sitio mágico. Imprescindible.
Monument
Valley.
Si se habla de Far West no hay nada más fotogénico que este pedacito de
territorio gestionado por los indios Navajos. El recorrido entre los buttes
debería ser innegociable y una actividad subrayada y en negrita en nuestra
particular agenda de viaje. Presenciamos en él un atardecer que inundó nuestra
retina con todas las tonalidades posibles de la gama de colores que ofrecen sus
rojas tierras y sus azules cielos. Si además se puede presenciar un amanecer
desde el hotel The View la experiencia debe ser superlativa.
Goosenecks,
Moki Dugway y Natural Bridges. Si venimos desde el
sur y tenemos que llegar a Moab hay que apuntarse estos lugares como opciones
preferentes a la hora de ocupar una mañana de nuestro tiempo. Los meandros del
río San Juan, la legendaria carretera y su ascensión sobre pista de grava con
vistas amplísimas y los puentes naturales labrados por el agua del monumento
nacional, no nos decepcionarán.
Arches. Uno de los parques
más impactantes que vemos en nuestro viaje. Es una maravilla de la naturaleza
con formaciones geológicas únicas en el mundo. Es imperdonable pasar por Utah y
no dedicarle el tiempo que merece incluyendo recorrer parte del mismo a pie.
Apartado especial merecen los atardeceres dentro de Arches, cuando las rocas y
arcos de arenisca roja parecen incendiarse bajo el sol del ocaso. Brutal.
Canyonlands
y Dead Horse Point. Los nombro de manera conjunta por su proximidad. Ambos
permiten divisar vastísimas extensiones de terreno desde la atalaya natural que
supone Island in The Sky. Esta tierra de cañones impresiona vista desde arriba;
me imagino fascinante que debe ser “perderse” en su laberinto de recovecos. El
mirador del Dead Horse Point nos ofrece una panorámica única del río Colorado
dibujando curvas imposibles.
Capitol
Reef.
Tal vez el menos conocido de los 5 Mighty Five de Utah (junto a Arches,
Canyonlands, Bryce y Zion), pero a mí me encantó. Sus alrededores y las
carreteras escénicas que lo atraviesan (la 24 y la 12) no dan tregua y la
sucesión de colores y paisajes nos transportan en un carrusel continuo a los
mandos del volante de nuestro vehículo. Las caminatas por el fondo del barranco
de Capitol Gorge y contemplar las Calf Creek Falls constituyen fantásticas
opciones.
Bryce
Canyon.
Uno de los “hits” del viaje, sin duda. Pero no hay que quedarse con la
panorámica del anfiteatro desde los mejores miradores. Debemos hacer el
esfuerzo y caminar entre los hoodoos para palpar el color rojo del terreno que
ha configurado este fantástico conglomerado y lo que se experimenta al mirar al
cielo entre resplandecientes “chimeneas” de piedra y arena. Mágico.
Zion. Había leído
comentarios de viajeros que hablaban de este parque con cierta “decepción”. Es
posible que la visión desde el shuttle pueda llegar a dar esa impresión
(personalmente no creo que sea así), pero basta con adentrarse en alguno de sus
fantásticos trails y conocer sus rincones a los que se accede caminando para
valorar el lugar en su justa medida. El Angels Landing permite hacer esto;
vista cenital de gran parte de Zion y uno parece dominar lo que hay allí abajo.
De vértigo.
Valley
of Fire. Aunque
permanecemos poco tiempo en este solitario parque, hay que reconocer que resulta
asombroso ver como un sitio desértico como el indicado depara paisajes y
rincones de particular belleza. Difícil encontrar algo tan parecido al famoso
The Wave sin esperar suerte en ningún sorteo. The Firewave y la paleta de
colores cálidos del parque al atardecer son motivos más que sobrados para
dedicarle unas horas.
Las
Vegas.
La ciudad del pecado tiene sus defensores y sus detractores. Podemos recorrer
hoteles temáticos con centros comerciales en su interior aparte de los célebres
casinos. Si hacemos un Road Trip y pasamos cerca, como es el caso, no está de
más darse un garbeo para poder decir que se ha estado al menos una vez en esta
capital del juego y del vicio. Aparte de eso, la ciudad en sí, es para aquellos
que disfruten más de la noche que del día.
Death
Valley.
Atravesar el “valle de la muerte” puede convertirse en toda una experiencia a
los mandos de un volante. Un terreno árido y yermo en el que se puede
presuponer que no vamos a encontrar nada de interés. Gran error. Algunos de los
mejores rincones, paisajes y lugares del viaje los disfrutamos en Death Valley.
Y es que hasta el desierto puede acoger inagotable belleza.
Mammoth
Lakes y alrededores.
Si hubiese dispuesto de más tiempo no me habría importado pasar algún día más
en la zona. He de reconocer que prefiero la montaña al mar y que las grandes
masas de coníferas, moles de granito y lagos en altitud ocupan lugar destacado
entre mis predilecciones naturales. Y si además tienes suerte y te integras en
la naturaleza, puedes llegar a avistar alguno de los osos que merodean por la
zona.
Yosemite. De todos los
parques visitados fue el que más huella deja en mí. Además de la imagen de
postal del Tunnel View, una instantánea algo irreal y que pudiera dar lugar a
pensar que vemos un “fake” pergeñado con el uso de cualquier programa de
retoque fotográfico, Yosemite es naturaleza pura. Sus masas arbóreas, sus
macizos graníticos, su fauna, sus trails, sus cascadas… no hay nada de lo que se
pueda prescindir. Memorable.
San
Francisco.
La ciudad de la bahía, del Golden Gate y de la isla de Alcatraz siempre ha sido
una debilidad personal, por eso no puedo ser muy objetivo. Sin embargo hay algo
que es innegable, la ciudad es bonita. Aunque parezca lo contrario, debido a
sus empinadas cuestas, es manejable incluso para ser recorrida a pie. Diversa,
multicultural y polifacética; así es San Francisco. Y si además hay fortuna y
el clima nos acompaña, es una ciudad para dejarse rodear por todo lo que sus
calles y barrios nos pueden mostrar. Y si el planning nos lo permite, no hay que
perder de vista Muir Woods y Sausalito.
Big
Sur y la costa del Pacífico. En nuestro caso el Big Sur llega al final
del recorrido y eso lo convierte en contrapunto ideal después de atravesar
desiertos, parques y carreteras polvorientas. No hay nada más reconfortante
para la mente que la vista del océano. El Pacífico transmite esa tranquilidad y
esa inmensidad que relaja nuestra mente después de días de emociones continuas.
Será porque me gustan los contrastes pero el viaje creo que no habría sido
completo si no hubiésemos conducido algunas jornadas por el litoral de la costa
californiana.
Un
viaje de este tipo se disfruta en toda su extensión. Se comienza escribiendo su
guión, se interpreta un papel y se dirige la acción en su desarrollo, y si
tenemos ganas podemos hacer una versión extendida y un montaje del director
como es el caso del relato que precede a estas líneas. Y es que viajar disfrutando
simplemente del viaje, y no hacerlo de su antes y su después, es un pecado.
Pedazo de diario de viaje te has marcado, igual que la mega guía que te hiciste. Un placer coincidir con vosotros en el viaje y muchas gracias por regalarnos las vistas desde vuestro hotel ;) besos Ceci
ResponderEliminarImpresionante vuestro blog. Nos lo hemos empapado de arriba a abajo. El lunes (de aquí a dos días) tomamos el avión hacia USA y el recorrido que tenemos pensado hacer es muy, muy, parecido al vuestro; así que encontraros ha sido como encontrar un tesoro!!!.
ResponderEliminarHemos consultado un montón de guías y blogs pero el vuestro es una pasada. Enhorabuena chicos y mil gracias por compartir toda esta experiencia e información. Estaremos un mes y una semana recorriendo la West Coast de USA, pero a la vuelta prometo escribiros y os cuento que tal nos ha ido.
Un saludo y os animamos a seguir escribiendo blogs ;)
Diana y Juan
Hola Diana. Nos pillas viajando casi un mes por Bulgaria. Me alegro que el blog os haya servido de ayuda. Qué envidia más sana el viaje que os vais a pegar!!!
EliminarImagino que con más días visitareis más cosas, espero vuestras impresiones e itinerario a la vuelta. Si tenéis cualquier pregunta no dudéis en consultar.
A disfrutar!!!! Os va a parecer una pasada
Miguel